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Capitulo 18 Dos tontos.

Ella lo abrazó, llorando de emoción al verlo bien.

— ¡Oye, oye! —sonrió Federico, quejándose con suavidad—. Acabo de despertar.

Elizabeth se incorporó levemente y le acarició el cabello con una ternura que lo desarmó por completo.

— Perdóname, es que estoy muy feliz de verte despierto.

Federico ...