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CAPÍTULO 37

Puedo llevarte a casa—, propuso al detenerla del brazo.

—La llevaré yo—, se acercó Ángel, le tomó la mano ganándose una mirada asesina de Marcos —Vino conmigo, y volverá conmigo—, al sentirse como una cosa la cual ambos querían obtener, se molestó. Más cuando ambos empezaron a jalarla minuciosament...