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CAPÍTULO 24

Marcos agarró la silla, la arrastró hacia afuera y se sentó con una sonrisa de medio lado. Lo veía y no lo creía; después de tantos años, volvía a ver a ese amigo que tuvo en la infancia, ese niño con el cual compartió mucho.

En cuanto a Alex, centró la mirada en los oscuros ojos de Marcos. Sus die...