Read with BonusRead with Bonus

CAPÍTULO 22

—Ya eres mi esposa; te esperan días muy felices a mi lado —dijo sarcástico.

Maite posó sus manos sobre el pecho de Marcos y, mirándole con desagrado, espetó:

—Nos esperan, querido, porque yo también haré de tus días un infierno.

Dicho eso, lo besó, dejando a Marcos completamente en trance, tanto ...