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Capítulo 5.

Ya solo faltaba por pasar yo. Erik, Mason y Sid resultaron ser buenos combatientes y no necesitaron más que un minuto para someter a sus oponentes. Sid incluso le rompió un brazo al suyo, fue bastante genial.

-¿Estás emparejado, Sid?- Pregunté cuando regresó con una gran sonrisa.

-Aún no. ¿Te estás ofreciendo?- Preguntó curioso.

-Podría planteármelo. Ese movimiento para quebrarle el brazo fue bonito.- Dije impresionada.

Me dio una sonrisa.

-Tengo algunos de esos. Te diré algo, si me impresionas en tu combate, te enseñaré cómo quebrarle la columna a tu oponente sentándote en él.-Dijo analizando mi complexión- Es una técnica que no requiere gran peso, solo habilidad.

-Genial.

Comencé a tronar mi cuello para prepararme porque sabía que en cualquier momento me llamaría el idiota. No estaba preocupada, la mayoría de los combatientes que podrían causarme problemas, ya habían calificado. Solo esperaba que no me tocara con alguno de...

-¡Dustin Hix y Lily Madsen!

... del continente Norte. Mierda.

Esto se convertiría rápidamente en un lobo tratando de matarme.

-Cuidado, pequeña.-Murmuró tío Chad cuando pasé por su lado.

El lobo con el que el sádico me emparejó era el más grande del grupo de mi tío.

Un escalofrío de anticipación recorrió mi cuerpo y la adrenalina comenzó a bombear por mis venas. El tipo me miró de pies a cabeza alzándome una ceja.

Me detuve a unos tres metros de distancia y hablé lo suficientemente alto para que me escuchara.

-¿Qué? ¿Nunca has visto a una loba en un bonito vestido corto?- Pregunté ladeando la cabeza.

No es como si me hubiera vestido para una pelea, mi vestido azul veraniego corto con flores amarillas en las orillas reflejaba mi brillante personalidad, no mi estilo de lucha.

-Nunca había visto a mi objetivo venir voluntariamente a su muerte. El oro más fácil que he ganado- Dijo sonriéndome.

-Un mercenario.- Dije poniendo los ojos en blanco- Y yo que pensaba que mi tío había enviado a sus mejores lobos.

-¡Luchen!

El tipo fue directo a desgarrarme el cuello. Predecible y decepcionante.

Para derrotar a este tipo solo tenía que atacar sus piernas. Los grandes son los que caen con más fuerza.

Aproveché su mismo impulso para agacharme y transformar parcialmente en garras mi mano derecha desgarrando su talón izquierdo.

Al hacer esto impedí que el tipo pudiera correr o moverse rápido. No se lo esperaba y aulló de dolor antes de que le desgarrara el talón derecho. Me levanté colocándome detrás de él y con toda mi fuerza pateé una de sus piernas heridas esquivando sus garras para ponerlo de rodillas en el suelo. Luego lo tomé del cuello y clavé mis garras directamente en su garganta.

El coliseo explotó en gritos, aplausos y algunos gruñidos de parte de la nueva manada de tío Marcus.

Por puro espectáculo saqué mis garras de su cuerpo sin vida y arrojé la sangre en su dirección como una declaración.

Me di la vuelta y caminé de vuelta a donde me esperaba mi pequeña manada provisional.

Técnicamente, solo hubiera bastado con darle un golpe para dejarlo inconsciente pero había confesado que estaba aquí específicamente para matarme y no correría ningún riesgo.

Las reglas de la competición no castigaban la muerte, solo la desalentaban porque al final de cuentas ésta pelea por el poder era "amistosa". Dudaba que hubiera problemas de todos modos.

-Descuidaste tu lado izquierdo, otra vez- Dijo tío Chad con ojo clínico.

-Tenía que hacerlo por dos segundos. ¿Viste el tamaño de ese lobo?- Dije parándome de puntitas y estirando mi brazo para ilustrar el punto.- Como sea, cayó el grandote después de darme alguna buena información que confirma por qué mi tío Marcus honra a este sagrado Coliseo con su inestimable presencia.

-¿Tu cabeza?

-Si.

-Creo que hiciste enojar a al líder del Norte- Dijo Savanah mirando hacia dicha sección.

-No me importa ni un poquito- Dije encogiéndome de hombros.

-Esos fueron buenos movimientos- Dijo Erik con respeto en sus ojos.

-Pensé que el primer batallón exageraba cuando hablaba de Lily Madsen, la Luna Comandante sangrienta.-Dijo Mason.

-Definitivamente, intercambiaré algunos movimientos contigo- Dijo Sid midiéndome con la mirada.

Algunos lobos de uniforme blanco entraron a la arena para limpiar el desastre que Grandote mercenario había dejado. Luego las peleas se reanudaron sin que nadie estuviera inconforme con una pequeña muerte.

Hubo una pelea que llamó mucho mi atención. Se trataba de uno de los representantes del Sur contra un lobo del Este.

El chico del sur esquivó a su oponente con gran facilidad sin importar qué tipo de estrategia utilizara el Este y utilizaba solo sus piernas como ataque y defensa; estaban muy parejos, en mi opinión. El encuentro no terminó en empate, ya que en el último segundo chico Sur lanzó una poderosa patada a su rodilla y el resto de la pierna de su oponente cayó en un ángulo extraño.

Chico Sur se dio la vuelta y sus ojos se trabaron con los míos. Abrió los ojos sorprendido mientras que yo sentía una chispa de atracción. Era un lobo de unos cuatro o cinco años mayor que yo. Su cabello tenía algunos rizos lindos y era del tono de un campo de trigo al atardecer. No alcanzaba a percibir el color de sus ojos pero era un lobo muy guapo en general.

-¡Se han decidido a los participantes de la siguiente ronda! -Dijo Karel y luego tuvo que esperar a que la multitud se calmara.- ¡Ya los han visto, ahora es el momento de hacer sus apuestas mientras nuestros campeones arman sus estrategias!

En la siguiente etapa éramos probados usando un arma: Lanza, espada, cuchillo, doble lanza, arco y estilo libre. Dentro del estilo libre podías usar una de las armas anteriores o elegir cualquier cosa que se considere arma. Por ejemplo una botella rota, una silla, un tubo de metal... en fin, aquí se podía improvisar.  Solo podíamos enviar a uno de nosotros en cada categoría; si en el equipo se tenía a dos buenos espadachines, por ejemplo, uno podía ser enviado al estilo libre. Si eran tres los chicos espadachines, el Campeón del equipo deberá decidir a quién mandar.

Aquí no se eliminaba a ningún lobo o equipo. Esto era únicamente para mostrar las habilidades individuales de cada lobo y que terminando la competencia si algún reino estaba interesado, pudieran contratar sus servicios.

Aquí también era donde los nobles, comerciantes o cualquiera que tenga los recursos puede apostar por un lobo individualmente o por el equipo ganador.  Para ganar como equipo se necesita que los cinco miembros del equipo ganen en sus respectivas categorías. Esta era la apuesta más arriesgada y la que mejor pagaba.

Era una lástima que no trajera tanto oro encima...

Entonces se me ocurrió una idea brillante.

-Tío Chad, ¿De casualidad puedes solicitar una audiencia con el rey?

-Si, los campeones pueden hablar con sus respectivos reyes. De hecho, en cuánto termine de ponerme de acuerdo con ustedes sobre el órden de lucha, debo reportar a su majestad. -Dijo tío Chad evaluando a nuestros contrincantes.

-Bien, ¿Crees que puedas pedirle un préstamo? -Dije inocentemente.

Tío Chad me miró calculadoramente antes de sonreír.

-¿Vas a apostar por nosotros, pequeña?

-Si, si voy a salir del continente y buscar vida en otra parte necesitaré oro extra.

-¿Y no te basta con todo el que  ya tienes en la mansión?- Preguntó curioso.

-Nunca es suficiente. Hay que apostar por cada uno de  nosotros individualmente y luego por equipo. -Dije ya lamiendo mis labios al imaginar todo el oro que ganaríamos. Tenía fe en nuestro grupo después de ver sus habilidades sin armas.

Tío Chad se rio de mí y me despeinó un poco el cabello. Menos mal que hoy lo había trenzado porque luchar con el pelo suelto era molesto.

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