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Capítulo 40

Un respiro.

Daphne.

Llegamos a la oficina y me pidió que me sentara en el sofá, aunque le dije que estaba toda sucia y que me encontraba bien, no le importó. Dijo que su esposa, la peleonera, debía ser tratada con urgencias.

Después desapareció unos minutos para traer el kit de primer...