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CAPITULO 38

Abrí mis ojos con pesadez aún sentía que debería dormir como diez horas más, pero la alarma del despertador no paraba de martillarme en los oídos.

—¡Mamá despierta! —gritó una niña brincando impaciente en la cama—, despierta es mi primer día. —Volvió la pequeña a replicar emocionada por su nuevo ci...