Read with BonusRead with Bonus

Capítulo 35 - Serpiente viperina

—Hola, Bárbara. —saludó mi tío—. Con permiso, —lo miré—. Lo siento hijo, acabo de degustar un aceptable vino, no quiero que se convierta en un dolor de estómago por no tolerar la compañía.

—Siempre tan sutil, Efraín.

—Señor Villalobos o señor Efraín, no eres de mis amistades, Bárbara. —sonreí,...