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CAPÍTULO 62

Asentí a la sugerencia de Nicole, pero al escuchar un motor arrancado con violencia, salí corriendo hacia fuera.

- ¡LIAM! —Grité, ya siendo tarde, había pasado los portones.

—Mierda.

—Maldizione.

Dijeron al unísono los dos esposos.

—Él no puede manejar, por Alá su visión lateral se ha ido —Comente ...