




CAPÍTULO 3
Y aquí estaba yo, de copilota en el automóvil de Ava, siendo arrastrada hacia la dichosa fiesta. Sí, era lo suficientemente estúpida como para ir con ellos y no poder negarme a las suplicas de Ava, tendría que tener cuidado con esa mujer...era muy convincente y eso me podría traer problemas, se veía que le gustaba saltar las reglas y yo era una persona que amaba seguirlas.
Mi plan para pasar desapercibido se había quedado en Atlanta, sería imposible que no me relacionaran con Jayden.
Ya tenía que hacerme una idea de cómo sería este año universitario.
No pude ir a casa a cambiarme, pues no querían hacer tantas paradas por lo que Ava se ofreció en prestarme ropa en cuanto llegamos a su casa. Jayden también se vistió acá, me sorprendí al saber que tenía ropa suya en un lugar ajeno de donde vivía.
¿Por qué mierdas tenía ropa en ese lugar?
La respuesta llegó cuando vi a la famosa Olivia, resultaba que vivía en la misma casa de su mejor amiga. Según sabia por Jayden no eran novios oficiales, pero tenían algo y aunque él aun no me había confesado, sabía que estaba enamorado hasta las trancas de esa Olivia.
Si Jayden era celoso, yo también y podría llegar a ser muy rencorosa con esas mujeres. Cuando se presentó busqué una mínima cosa para tener una excusa y confesar mi desagrado por ella en cuanto estuviera a solas con mi hermano, pero no pude. Era muy dulce… demasiado, tan inocente, tan buena persona, tan hermosa, tan inteligente.
¡Exacto, TAN!
Había perdido, lo aceptaba.
Ella y Ava eligieron mi atuendo para la fiesta, sabía que tenía buen gusto o bueno, eso pensaba, me gustaba como me vestía, pero justamente ahora, con… ¿se supone que es un vestido? Ese pequeño pedazo de trapo, sentía que era como ellas, no era para nada mi personalidad.
Era una más,
Una porrista.
Una popular.
Una chica en busca de cualquier jugador del equipo.
Ok basta, pensaba de más y empezaba a juzgar sin saber.
—Y cuéntanos Alison, ¿tienes novio? —preguntó Olivia, asomando su cabeza debido a que estaba en los asientos de atrás.
Solo íbamos las tres, así que respondí sinceramente.
—No, no tengo y no pienso tener…al menos por ahora.
—¿Por qué? —preguntó Ava, quien empezaba a fruncir su ceño.
Me quedé callada por varios segundos, era una pregunta complicada, al menos para mí así que solo respondí una verdad a medias.
—No quiero distracciones.
—Tener un novio no es una distracción —objetó mi futura cuñada—. Creo que es algo muy lindo, todo dependerá la manera en cómo llevas la relación.
—Quiero ir a Oxford —dije como respuesta, sabiendo que era suficiente como para que sus preguntas cesaran—. Serian dos años, ¿piensas que algún hombre esperaría dos años?
Ellas guardaron silencio.
—Si es amor verdadero, sí —respondió minutos después la rubia al volante.
—Tal vez…no lo sé, pero prefiero ahorrarme el sufrimiento y no tener nada serio hasta que me titule.
—Que irónico, así mismo dijeron Jayden y Noah y míralos —comentó entre risas, vi por el retrovisor como Olivia se enrojecía.
—¿Qué dijeron? —inquirí, viendo las calles pasar.
Ok, no era un secreto que tuve un pequeño gusto por Noah y por esa estúpida razón, tal vez me importaba y quería saber cosas sobre su vida. Después de todo amaba la información.
—Jayden pronto será novio de Olivia, solo que no sé qué mierdas esperan para formalizar todo y Noah… —guardó silencio, buscando las palabras adecuadas—. Aunque no se haya enamorado de su ex…quiero creer, estuvo en una relación amorosa con ella por un año.
—Es mucho tiempo —susurré, volteando a verla—. Pero tiene ahora una nueva novia, ¿no? —me miró rápidamente confundida—. Una porrista al terminar el partido fue a felicitarlo y se notaban muy íntimos, supuse que era su novia.
Dije como respuesta, encogiéndome de hombros despreocupadamente.
Sabía que estaba entrando a la cueva del lobo y tendría mucho cuidado, podría salir herida en el camino.
—Ah —asintió con desagrado—. Charlotte Hoffman, nuestra capitana y ex de Noah.
—Entiendo que terminaron, pero ella sigue buscándolo y a él no le desagrada que lo haga…nosotras no podemos entenderlo, pero Jayden sí…chicos —contó Olivia—. Realmente sería bueno que no te acercaras a Noah más de lo necesario, Charlotte podría confundir tus intenciones y hacerte la vida en la universidad un poco sufrible.
—Pero ahora eres nuestra amiga, así que, si toca a la pequeña de los Walker, se la vera con nosotras.
¿Se suponía que con eso tendría que tranquilizarme?
Lo menos que quería era tener a una ex loca jodiendo mis días, era una persona pasiva pero como todos tenía un límite.
[…]
—¿Por qué aun no llega Jayden? —pregunté, casi en un grito a Olivia. Llevábamos más de diez minutos en la dichosa fiesta y aun no llegaban, se suponía que iban detrás de nosotras.
No podía haberles pasado algo malo, ¿cierto?... ¿tenía que llamarlo y cerciorarme de que está bien?
—Esperan a que lleguen todos, así hacen su entrada triunfal…ya sabes —se encogió de hombros, restándole importancia.
La miré totalmente confundida con lo que acababa de decir.
¿Ya sabes? yo no sabía y menos entendía a lo que se refería… ¿entrada triunfal?
¿Qué mierda?
Estaba por preguntar cuál era la entrada triunfal, cuando fui testigo en primera fila de la dichosa entrada triunfal. Todos los del equipo de futbol aparecieron por la gran puerta de la mansión en la que estábamos, siendo Noah el que encabezaba la fila.
—¿Soy la única que lo está viendo en cámara lenta? —pregunté horrorizada, temiendo que mi fanatismo por ver a estos sexys hombres sobrepasara lo real.
—No, claro que no —gritó a mi lado. La miré asustada y sacudí mi cabeza.
Estábamos todas locas, ¿o eran las hormonas que se alborotaban al verlos en esos atuendos que deberían considerarlos un delito por resaltar a la perfección el escultural cuerpo que poseían?
Tal vez si eran las hormonas.
Empezaron a felicitarlos, mientras otros gritaban…todos eufóricamente, llegaban a contagiar esa emoción del momento.
¿Por qué todos tenían que ser irresistibles?, ¿por qué tenían que ser tan calientes?, ¿por qué tenían que ser el tipo de hombre del que huía?
Cuando menos lo esperé, Jayden, Noah, Aiden y Ethan se encontraban al frente de nosotras, realmente me puse nerviosa, ¿por qué? no tenía la más mínima idea, pero lo estaba.
—Ok, hoy bebo hasta olvidar mi nombre —dijo un divertido Aiden.
Ethan golpeó su nuca mientras negaba en desaprobación.
—O hasta involucrarnos en una situación peligrosa, te digo desde ahora que no salvaré tu trasero —señaló, los otros dos hombres asintieron dándole la razón. ¿mi hermano había estado en problemas por su culpa? —. Bueno, nos vemos más tarde.
Sonrió lascivamente a una chica en la otra esquina y fue hasta ella, Aiden hizo lo mismo, pero con Ava, ambos se fueron a bailar y yo ya estaba a punto de entrar en un colapso.
Traidora, me había dejado sola cuando justo antes de entrar lo prometió y Olivia estaba en una esquina saludando a unas amigas.
¡No quería quedarme sola y menos cuando Noah estaba a mi lado!
—Bueno hermanita, no quiero que te alejes de mi vista y si alguien llega a sobrepasarse solo es que me busques o lo busques a él —señaló a Noah, quien asentía sonriendo.
¿Qué?, ¿acaso tenía quince?
—¿Por qué debo buscarlo? —inquirí—. Entiendes que tú eres mi hermano y no él, aparte cuantos años crees que tengo —me crucé de brazos molesta—. No necesité de ti en Atlanta cuando iba a fiestas, ahora tampoco lo haré…estaré bien.
Le guiñé un ojo y me fui cuanto antes, dejándolos a ambos con la palabra en la boca.
¿Qué no me perdiera de su vista?
Que mirara como lo hacía.
Agarré uno de los vasos rojos con alcohol y lo tomé de golpe, el líquido ardió mientras pasaba por mi garganta, pero estaba delicioso, así que tomé otro de golpe y me fui a caminar por el lugar mientras veía como todos se divertían, se besaban y la otra pequeña población que no tenía pudor, tenía prácticamente sexo en público.
Quité mi vista inmediatamente, no quería turbarme.
Llegué a un patio realmente grande, no había tantas personas así que me serví otra bebida tomándomela…nuevamente de un solo trago. Agarré otra de una de las mesas que había en este lugar y me senté en un mueble.
Por lo general era muy divertida en fiestas, pero aquí no conocía a nadie y me sentía diferente…tal vez con el tiempo me iría costumbrando. Saqué mi teléfono y lo encendí, teniendo suficiente con el fondo que tenía en pantalla, un nudo se creó en mi garganta.
—Te extraño tanto —susurré, sintiendo como mis ojos picaban e inhalé hondo. No podía darme el lujo de llorar o dañaría todo mi maquillaje y no quería verme como un mapache.
Miré el vaso en mis manos y me pregunté.
¿Qué mierdas tenía que ya me sentía mareada?
Me encogí de hombros y tomé lo que estaba en el vaso. Cuando empezaba no quería parar, ayudaba con la herida abierta que llevaba desde hace dos años.
—¿Qué haces aquí? —alguien se paró enfrente de mí, tuve que alzar mi vista para verlo.
Claramente no lo conocía.
—¿Quién eres tú? —cuestioné, apagando mi teléfono y haciendo el ademan de levantarme para irme.
No quería lidiar con un borracho estando yo mareada.
—Lo siento, no quería incomodarte —se apresuró en decir, sentándose a mi lado—. Mason Harris, un placer conocerte.
Ahora que estaba a mí misma altura podía detallarlo mejor, era muy apuesto y no, no estaba borracho, por lo que me relaje…solo un poco.
—Alison Walker —contesté, estrechando su mano.
Su rostro se tornó serio por unos momentos, pero se recompuso. No le tome importancia, tal vez se había acobardado por ser la hermana de Jayden.
—Y dime, ¿Por qué estás aquí sola, Alison? —sus ojos eran realmente bellos, unos azules electrizantes. Me gustaban.
En realidad, todo hombre me gustaba mareada, un peligro…lo sé, pero este Mason era realmente hermoso y empezaba a relajarme en su presencia.
—¿Por qué estás tú aquí? —refuté, alzando una ceja divertida.
Soltó una leve risa, muy bella debía aclarar y asintió.
—Te vi venir aquí y quise conocerte —respondió sincero, ladeando un poco su rostro—. Eres muy bella, me atrevería a decir que eres la chica más bella que he visto.
—Lo sé —me encogí de hombros—. Busca otra manera, Harris.
Su mirada se tornó intensa de repente y un peculiar brillo recorrió sus ojos.
—¿Manera? —se inclinó un poco hacia mí, atento a un posible rechazo de mi parte, pero, claro que no lo haría por dos cosas.
Tenía alcohol en mi sistema, todos los que me conocían sabían que Alcohol y Alison en una misma frase era un peligro, dos y muy importante, era muy hermoso.
¿Cuántas veces lo había alagado ya en mi mente?
—Mas original —susurré, pasando mi lengua por mis labios, acto que lo descolocó por varios segundos.
—Bueno —tragó duro y nuevamente dirigió su mirada a mis ojos—. Quiero besarte y…
—Y yo quiero vacaciones por todo un año pero que creen, no se puede —cerré mis ojos y negué.