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Capítulo 32.

Nadie habló en todo el camino.

En cuanto bajamos del auto llamé a mi hermano pero me envió directo al buzón.

Vi de reojo a la abuela y al Alfa Linden dar algunas órdenes para informar a la manada que había sido una falsa alarma y que todos fueran a comer o descansar.

Enojada y frustrada, le dejé ...