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Capítulo 14

Se quedaron en silencio unos segundos, con las tazas de café casi vacías frente a ellos. Abel juntó las manos sobre la mesa y respiró hondo antes de hablar:

—Mira, Abigail… lo de esa persona no fue algo planeado. Al principio, hace cinco meses, solo era algo casual: coincidimos en la casa de mi tío...