Read with BonusRead with Bonus

Capítulo 32

Colocó las llaves de la moto sobre la mesa. Álex las miró, todavía sorprendido, pero en su rostro se reflejaba la alegría.

—Toma, las llaves de la moto son tuyas. Además, quiero decirte que no irás a ningún lado. No te enviaré a la escuela militar.

Álex se quedó mudo.

—¿Me estás hablando en serio...