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Capítulo 34 Algo que decir.

Shen caminaba de regreso a su casa, luego de asegurarse que el mástil que hacía años no se usaba para atar a los sirvientes desobedientes, estuviera limpio y sin astillas que pudiera dañar la piel de Dalia, algo ridículo, si alguien se tomara el tiempo de pensar en ello, pues lo que él deseaba era h...