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37 No puedo

Más tarde Lauren bajó a cenar, Alan estaba en la sala y escondió su rostro, ambos tenían cara de póker. La tía Greta llegó con su esposo Gino, se dirigió hacia Alan con los brazos abiertos, lo saludó como si tuviera años sin verlo. Lauren estaba incómoda sintiéndose extraña en aquella casa donde seg...