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Juntos

No podía creer lo que había hecho. Todavía estaba en sus brazos, desnuda sobre su cuerpo y los dos éramos incapaces de hablar, de decir una sola cosa.

Eso sí, podíamos mirarnos por horas. Era como si nuestros ojos pudieran decirse todo lo que nosotros callábamos.

Acaricié mi colgante entre los d...