




2
Me tiraron al rústico suelo de piedra, como si yo fuese una bolsa de basura. Me levanté de inmediato y miré a los hombres allà presentes; todos eran tan desagradables. Vestidos con pieles de animales. ¿Donde mierda estaba? Yo no deseo estar aquÃ.
— ¡La bruja quiere embrujarme! — gritó uno de ellos.
Yo puse los ojos en blanco. Y me di media vuelta para no verle, pero alguien volvió a poner su espada en mi cuello. ¿Acaso estaban locos? Y si iban a matarme, que lo hagan de una buena vez.
—Te mueves y te corto el cuello — me dijo uno de ellos.
La puerta del salón se abrió y entró un enorme lobo color blanco. El tipo que me estaba apuntando con la espada se apartó de inmediato.
— ¡Pero qué haces! Has algo con esa cosa, o nos va a matar — le grité al vikingo estúpido.
El lobo, frente a mÃ, empezó a hacer movimientos raros, hasta que un hombre quedó a la vista. Yo miré a mi alrededor, tal vez, estaba alucinando, definitivamente estaba en coma por la caÃda y mi cerebro estaba construyendo una realidad alterna. Nada de esto podÃa ser verdad. empecé a gritar como loca, ¡esto era una jodida locura! La espada de uno de ellos presionó mi cuello y yo me quedé en silencio de inmediato.
—Es una bruja, señor, y creo que es la que estábamos esperando — dijo el vikingo que me habÃa traÃdo.
Él se acercó al hombre muy desnudo frente a mà y le entregó el amuleto. Yo entonces entendà que ellos creÃan que era una bruja por ese estúpido amuleto. Esa anciana me las iba a pagar, todo era su culpa. ¡el que yo esté a punto de morir era su jodida culpa!
— Eso no es mÃo, sé que sonara extraño, pero yo no pertenezco a este mundo, estoy aquà por culpa de ese amuleto, asà que por favor déjeme libre, se puede quedar con el amuleto si quieren — le dije al tipo frente a mÃ.
Él me quedó mirando, sus ojos parecÃan dos témpanos de hielo, este hombre se veÃa tan peligroso, su cabello largo y rubio caÃa por sus muy formados brazos. mi mirada se fue hasta su ente pierna, yo tuve que apartar la vista para no pasar por una pervertida.
— Al calabozo — ordenó él.
Yo negué con la cabeza, ellos tenÃan que entender que yo no me podÃa quedar aquÃ, ¡necesitaba que comprendieran que yo no pertenecÃa a este lugar!
— déjame libre por favor, yo no pertenezco aquÃ, por favor te lo ruego, yo quiero volver con mi familia — le dije entre lagrimas.
Uno de esos tipos se acercó a mÃ, me tiró sobre su hombro y empezó a andar conmigo.
— ¿ Adónde me llevas? Tengo que volver, por favor déjame ir — le suplique..
Él siguió caminando conmigo hasta que entramos a un lugar donde la peste era aún peor. Él siguió caminando hasta un lugar oscuro y frÃo, me lanzó dentro de lo que parecÃa una celda y cerró la puerta. ¡Espera! ¿Lo de ir al calabozo era verdad?
— ¡Sácame de aquÃ! — le grité con todas mis fuerzas, pero el horrible hombre ya se habÃa ido.
—Las ratas te comerán poco a poco — dijo una voz.
Yo empecé a gritar. Volteé a ver de dónde provenÃa la voz, y allÃ, casi en los huesos, estaba un hombre encadenado a la pared.
Mis gritos de terror eran más y más fuertes, habÃa varias ratas tratando de devorar los pies del hombre atado frente a mÃ. la puerta se abrió y entró el tipo peligroso yo le quede mirando, tal vez el comprendió que yo no pertenecÃa aquÃ, y me dejara libre.
— Gracias por venir por mÃ, pensé que me iba a quedar aquà para siempre — le dije lloriqueando.
Una rata corrió a mà y yo corrà al vikingo, me lancé sobre él y me abracé a su cuerpo con fuerza.
— Hay ratas — le dije lloriqueando.
El hedor de este lugar era insoportable, y ni hablar de lo aterrador que era. Yo no me iba a quedar un momento más aquÃ.
— Bájate de mà — me ordenó con su voz gruesa.
Yo negué con fuerza. Y me pegué mucho más a su cuerpo, si era necesario vivirÃa sobre él, pero yo no iba a poner un pie en este lugar, esas asquerosas ratas podrÃan devorarme.
Me lanzó al suelo, yo me incorporé de inmediato y lo quedé mirando, apuñalé su muy duro pectoral con mi uña mientras lo miraba mal.
— ¡Te ordeno que me saques de aquÃ! — le grité con prepotencia.
Él se rio y me empujo lejos. Yo querÃa golpearlo, pero siendo sincera, yo no sobrevivÃa con un golpe de él, y menos con lo que vi. El tipo era un hombre lobo, él podrÃa transformarse aquà y devorarme por completo.
— Tú no me ordenas nada — me respondió.
Yo lo miré de arriba abajo.
— Eres producto de mi imaginación, y si yo quiero que desaparezcas, lo harás de inmediato — le dije con mucha seguridad.
Cerré los ojos con fuerza por un momento y después los abrÃ.
— ¿Por qué aún no desapareces? — le pregunté con algo de preocupación.
— Te voy a quemar en la hoguera — me dijo.
Yo intenté correr, pero fui atrapada por él de inmediato.
— ¡Suéltame! — le ordené.
Mi espalda quedó pegada a su pecho, sus brazos estaban apretandome con fuerza. el miedo atraezo mi cuerpo, el dolor que sentia era real, como todo lo que estaba suediendo aqui.
— No quiero morir otra vez — le dije.
Él me dio la vuelta, me miró a los ojos, se veÃa emocionado, o algo por el estilo.
— ¿Cómo as� — me preguntó.
Yo respiré profundamente.
— He muerto, o eso creo, caà de un balcón, y terminé aquÃ, aun esto intentando averiguar de qué se trata esto, pero se que todo es culpa de esa anciana — le contesté.
Él arrugó el entrecejo, era obvio que pensaba que estaba loca, pero me daba igual, yo le estaba diciendo la verdad.
— Y yo soy una frágil princesa — me respondió.
Yo lo miré de arriba abajo, estaba segura de que este tipo era un idiota, pero no me podÃa quedar aquà a averiguarlo, yo necesitaba salir de este lugar, ¡necesitaba hacerlo ya! Salà corriendo del lugar, estaba segura de que iba a lograrlo, lo podÃa sentir.