




Capítulo 5. Amber libre
En la cárcel
Amber, al pasar por las puertas de seguridad, observó a su mamá, su amiga y a Dylan. Ella caminó lentamente hacia ellos, sin mirar hacia atrás. Llegó a los brazos de su madre, con quien se abrazó y lloró de felicidad al saberse libre.
—¡POR FIN, LIBRE! —Gritó, abrazando a su madre primero, después, a los otros dos.
—¡Bienvenida, mi reina bella! —Saludó Dylan con un fuerte abrazo. Luego, se montó en su camioneta para ir con ellas, a un restaurante.
—¡Gracias, amigo! —Agradeció ella— Realmente, me has sorprendido. ¡Estoy infinitamente agradecida, igual a tu abogado! —Agregó, dedicándole su mejor sonrisa.
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Ellos, llegaron al restaurante, él descorchó una botella de vino y brindó por Amber. Luego, pidieron la comida y estuvieron aproximadamente dos horas, hasta que las llevó a las tres, a la casa de Génesis. No obstante, antes de despedirse, le pidió que aceptara cenar esa noche con él.
Sin embargo, ella pensando en su mamá y en todo lo que debían hablar y hacer para iniciar una nueva vida, le pidió que lo aplazare para otro día. Agregando, que con mucho gusto lo acompañará, pero ese día quería estar con su mamá.
—Sé que deseas organizarte y comenzar a trabajar. En mi empresa, siempre habrá un puesto para ti. Por favor, avísame, ya hablé con mis abogados y ellos, no tienen problema en integrarte a su equipo.
—Realmente, Dylan no sé cómo pagar todo lo que has hecho por mí, durante todos estos meses. ¡Gracias, por tanta bondad de tu parte! Y aquí estoy lista para comenzar de una vez —aceptó ella, ansiosa.
»¿Sabes? Deseo mantener por ahora en secreto que salí en libertad. Te agradecería mantener esto, de bajo perfil, calladito, sin hacer mucho ruido —suplicó ella, muy discretamente.
—¡Tranquila! Por mí no hay problema, aunque te quería proponer algo, pero creo que tienes razón, vamos a sorprender al mundo y a quienes te perjudicaron ¿Te parece? —Preguntó él, ansioso.
—¿Qué me ibas a sugerir? —Cuestionó ella, con sus ojos entrecerrados, llevándose su dedo índice a la sien, mientras su pulgar permanecía debajo del mentón.
—En un mes, celebro el aniversario de la empresa y desearía que me acompañaras, que fueras, junto a mí, la anfitriona. No obstante, puedo diferir la fecha —anunció él— ¿Qué dices?
—¡Me parece perfecto! Así me darás tiempo, para preparar mi retorno, con ese evento.
—Entonces está hecho, ¡moveré la fecha! ¿Cuánto tiempo necesitas? —Preguntó este decidido a apoyarla en todo.
—¡Dos meses! —Solicitó ella, con una media sonrisa.
—¡Perfecto! —Aceptó este.
Dos meses después
El día de la fiesta aniversario, Amber no asistió al bufete, sino que se dedicó a cambiar su look. Ella, cortó y tiñó su melena, a un color castaño claro. Lo llevará suelto para verse aún más juvenil. Realmente, era una mujer hermosa, de piel morena, clara y cutis de porcelana.
Sus grandes y expresivos ojos verde olivo, lucían radiantes. Aunado a esto, sus labios gruesos estaban perfectamente delineados, resultando tentadores. Ella, contaba con un físico extraordinario, delgada, pero con curvas muy pronunciadas.
Para la ocasión, eligió un traje de sirena, verde olivo, que combinaba perfectamente con el color de sus ojos. Este era pegado a su cuerpo como una segunda piel. El traje se destacaba por su abertura, desde la cadera hasta el pie, mostrando todo el muslo y la línea del bikini.
Al llegar, al lugar de la recepción, Dylan quedó maravillado y boquiabierto. Ella, deslumbraba de lo hermosa y bella que estaba.
—¡Guau! —Gritó él— Te deseo el mejor de los éxitos en este, tu debut como mi anfitriona.
Dylan, estaba fuertemente impresionado, ante el cambio de Amber. Era como ver una diosa. Ella era muy hermosa y él se lamentó de no haber conseguido conquistarla antes que Christopher.
—¡También, tú estás guapo! —Confirmó ella, sonriendo y mirando a este a, los ojos.
—¡Gracias, Amber! Viniendo de ti... —respiró profundamente, hinchando su pecho, agregó—, ¡es un verdadero cumplido!
—¡Bueno, ya estoy lista para ayudarte! Dime, ¿qué hago? —Interrogó ella, con una abierta sonrisa, mostrando dos hileras de perfectos dientes blancos.
—¡Te quedas aquí conmigo! Vamos a recibir, saludar y dar la bienvenida a todos los invitados. Esto será inicialmente, luego, serás mi compañera de toda la noche.
—¡Perfecto! —Expresó ella, sonriendo nuevamente, lo cual le hacía ver más bella y hermosa de lo que estaba.
De inmediato, ella asumió aquello como un trabajo y se dedicó a dar la bienvenida a cada invitado. Una vez que llegaron todos, Dylan pronunció un discurso. Luego, hizo una premiación entre sus empleados, para posteriormente dar inicio al baile, junto a Amber.
De una vez, los invitados comenzaron a subir videos y fotos a las redes, especulando sobre la nueva pareja de Dylan. El vídeo de ellos bailando, se hizo tendencia en las redes y comenzaron los comentarios favorables.
Su foto, fue titulada como la hermosa mujer del vestido verde olivo, el cual combinaba perfectamente con el color de sus ojos. Esa noche fue de triunfo para Dylan, su empresa y para Amber.
—¡Amber! ¡Gracias, gracias! —Gritó con euforia, Dylan al concluir con un rotundo éxito el evento.
—¡Gracias a ti! —Comentó ella—, esto fue el resultado de tu maravilloso trabajo.
—No obstante, ha sido valiosa tu presencia en este aniversario. Sobre todo, los comentarios y memes en las redes sociales —aseguró él.
—¡Gracias! —contestó ella, satisfecha.
—¡Eres excelente! ¿Te imaginas nosotros como pareja? —Cuestionó él, soltando una fuerte carcajada, levantando a esta, entre sus brazos. Amber, sintió como su cuerpo se tensó.
—¡DYLAN! ¡DYLAN! ¡Bájame, por favor! Me mareo —Gritó ella, perturbada por sus palabras.
A pesar de estar muy agradecida con este, no quería crear falsas esperanzas en él. Después, de culminar la fiesta, antes de dejarla en el apartamento, Dylan le consultó:
—¿Aceptarías que te ayude con un apartamento, para que puedas tener más comodidad e intimidad con tu mamá? —inquirió él.
—Ese error, como muchos otros, no lo vuelvo a cometer en mi vida ¡Discúlpame! Te agradezco con todo mi corazón, pero ¡ya! —moviendo sus manos.
»De aquí en adelante, soy la responsable de la vida, tranquilidad y bienestar tanto de mi madre como de la mía propia.
—Sé qué eso, tiene nombre y apellido: Christopher Morillo y lo que hizo con tu madre, pero ¿sabes? No todos somos como él, te lo aseguro