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Media verdad

Aitana

Me levanté sintiendo la cariñosa lengua de mi esposo, entre mis piernas.

Un gemido mío adormilado, lo provocó y se ensañó en complacer mi recién despierto apetito sexual.

Pasamos del sexo oral, al sexo en todo su esplendor y ahora, me encontraba jadeante sobre el cabezal de mi cama, esper...