Read with BonusRead with Bonus

Contención

Aitana

El tiempo se estaba agotando y Amaia no aparecía.

Ni siquiera pude comer.

Haber recibido de forma silenciosa pero evidente, la certeza de que mi madre seguía guardando secretos, me había robado el apetito.

Y lo peor era, que si seguía escondiendo cosas, es porque eran lo suficientemente d...