Read with BonusRead with Bonus

Roto y peligroso

Aitana

Llevaba dos horas sentada en uno de los sofás de la enorme sala de la casa de mi hermana, con la vista fija en el mar y los pies sobre las piernas de Ashton.

Parecía que estuviera castigada. No me dejaban moverme.

Mi mamá había tenido un cuidadoso acercamiento conmigo. Cada palabra que sal...