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Desconfianza

Aitana

Dos malditos días habíamos estado mi marido y yo en manos de la miserable de Alicia Miller.

Hay muchas escorias sueltas por el mundo, y definitivamente me ha tocado conocer a unas cuantas personalmente, pero ninguna como ella y su madre.

Mientras Ash y yo nos cambiamos de ropa, el día de l...