Read with BonusRead with Bonus

La serpiente del destino

Aitana

Desperté en una cama de hospital.

Ya era hora de saber, por qué demonios me desmayaba cada dos por tres.

En mi letargo, pude sentir el calor del cuerpo de Ashton.

Poco a poco, fui siendo consciente cada vez más, de su mano sobre mi vientre y su cabeza pegada a mi cuerpo.

Estaba sobre una...