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No debiste desafiarme

Amaia

Desperté a la mañana siguiente de mi encuentro con Aidan con una rosa negra en mi almohada. Olía a su colonia , pero aunque no llevara su olor , yo sabía que él la había dejado para mí. Solo que la principal flor negra que debía portar , ya no la tenía , no la quería y no sabia si algún día v...