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Noche de sexo

—No parece que “nada” sea lo que estabas pensando al invitarme a tu casa.

—Hacerte el adivino no te va —refunfuñé, liberándome de su agarre con la idea de sentarme en el sofá de la sala y no hacer absolutamente nada más que desequilibrara aún más mi crítico estado emocional.

—Puedo verlo en tu mir...