




Capitulo 7. Primeras miradas
Capítulo 7. Primeras miradas
¿Alguna vez has amado a una persona hasta el punto de dudar de tu propia existencia? ¿Hasta el punto de que el tiempo y tu corazón se detenga?
Anónimo
Jackson POV
No puedo parar de mirarla, su sonrisa me llena de gozo, Alekei está embobado, y quiere que ya la marque y la haga mía.
La cena pasó de lo más ligera, platicamos entre todos, y los chicos nos hicieron el favor de dar una breve historia de nuestras vidas.
No ha sido fácil para ella, pero efectivamente no ha encontrado el amor, porque ella es para mí, ella es mía, el destino es para que pase la vida junto a mí. Mi naturaleza lobuna me hace ser un poco posesivo, pero sin asfixiar. Sólo quiero ser parte de su vida, en su felicidad, en su tristeza y de ser posible hacer todo en mis manos para evitarlo. Sus mañanas, sus días y noches serán parte de mi vida, durante toda mi existencia.
Alisa, como siempre me saca de mis pensamientos.
- Papá, vamos a recoger la mesa- me dice haciendo señas y tomando la vajilla para llevarla a la cocina. La sigo haciendo la misma acción.
-Yo también ayudo- dice Alex, indicando a las invitadas que ya regresábamos y que permanecieran en la mesa.
- Por fin encontré a mi Luna, no la quiero perder, ya la amo, la Diosa Luna me dio una compañera perfecta- les dije al llegar a la cocina, de tal manera que no fuera escuchado por las invitadas.
- Lo sabía papá, algo me dijo que era la indicada, por eso la invité- Alisa me dijo abrazándome. Alex se unió al abrazo.
- Papá ve con ella, conquístala, nosotros nos encargamos de la cocina, Ángela estará más que feliz de ayudarnos- me dice Alisa casi sacándome a empujones de la cocina y acompañándome al comedor.
- Ángela, me ayudas con los postres, ustedes vayan a ver las estrellas, a disfrutar de la brisa, nosotros nos encargamos del postre y la cocina- dice Alisa y se lleva a Ángela y ambas nos dan una sonrisa pícara y de cómplices.
Sin dudar tomo de la mano a Laurel y la ayudo a levantarse de la mesa y la llevo a la puerta posterior, donde hay un sillón viendo hacia la playa. Su tacto me envía una corriente eléctrica por todo mi sistema nervioso y su olor me lleva a un estado de calma, ya no podría vivir sin ella. La invito a sentar y hago lo mismo junto a ella sin soltar su mano. Así nos quedamos viendo, en silencio, nada incómodo, es como si quisiéramos decirnos mucho, y al mismo tiempo el tocarnos nos da las respuestas.
Laurel POV
En estos momentos me siento embaucada por mi hija, las pequeñas tramaron ésta coalición. No puedo negar que me encanta, pero una cosa es lo que siento yo y la otra es lo que él siente o quiere. Al escuchar su historia de la boca de sus hijos, me estremeció, tanto sufrimiento, y lo feliz que se ven, me hace pensar que han sanado su corazón.
Veo a las dos chiquillas salir de nuestra vista, y sin percatarme él toma mi mano sin quitar la vista de mí, me ayuda a levantarme y me lleva afuera a sentarme en un sillón, con la vista al mar. Se sienta a mi lado sin soltar mi mano. Tantas cosas que tengo que decir, qué preguntar, pero no quiero romper las sensaciones, su toque, su mirada, si en éste momento me besa y me hace suya, no me pondría. Pero eso es imposible, nos acabamos de conocer, algo está pasando y no sé qué es, no me asusta, pero eso es lo que me tiene sujeta a la realidad, de lo contrario, ya estaría sobre él.
- Laurel, eres muy hermosa, me gustas mucho- dice rompiendo el silencio, aún con la mirada puesta en mí.
- Pareciera imposible, pero aquí con la luna de testigo, te digo que quiero conocerte más, he estado solo mucho tiempo, y he añorado encontrarte, y ya que lo hice, no quiero alejarte de mí, te quiero en mi vida- lo dice con tanta seguridad, y sé que es imposible, pero veo amor en sus ojos, tan rápido, estoy soñando, estoy en un programa de bromas o algo así.
- Me pasa lo mismo ¿Qué propones? - me sorprendo de lo que sale de mi boca, a pesar de mis pensamientos de advertencia.
- Ven conmigo a mis tierras, no te preocupes por trabajo o escuela para Ángela, ven vive cerca de nosotros, y ya veremos qué sucede. - hace una pausa.
- Para mí está claro, qué es lo que quiero, pero te daré tiempo. - tomando el dorso de mi mano y dando un ligero beso, sus labios, la sensación más dulce y suave, quisiera que fueran mis labios los que sintieran los suyos.
- Y ¿Qué quieres? - digo casi en un susurro mientras mi otra mano, sin fuerza de mi voluntad, se levanta y acaricia su rostro, o por Dios que hermoso rostro.
Él suavemente mueve su cara para seguir sintiendo mi roce con su rostro, y coloca la otra mano sobre mi mano, para intensificar mi agarre y no soltarlo, sigue mirándome, y voltea su rostro para besar mi otra mano que tengo sobre su cara. Ahora tiene mis dos manos entre las suyas y estamos ligeramente uno frente al otro.
- En éstos momentos, besarte, abrazarte y volverte a besar- lo dice mientras se acerca a mí, y yo le dejo.
- Hazlo, que me muero por besarte yo también- y es que no necesita permiso, ya está a centímetros de mi boca.
Casi no termino de decirlo, cuando sus labios están sobre los míos, con un beso suave, así otro más, me pide acceso mordiendo ligeramente mi labio inferior, y su gesto hace que entreabra mi boca, y él intensifica el beso, jugando su lengua con la mía, sus brazos ya no están en mis manos, ya están una en mi cintura y otra en mi nuca haciendo un suave masaje a mi cabeza, y las mías una está sobre su hombro y la otra en su mejilla. Éste hombre me va a matar, besa como si fuera a acabarse el mundo.
Estoy fuera de sí, pero me prometí, darme oportunidad de ser mujer, ser feliz, ser amada y amar, tal vez es demasiado rápido, pero digo, ¿quién soy, para poner las reglas? ¿quién ha puesto el límite de tiempo?
Él apoya su frente en la mía, cuando requerimos respirar.
- Me has convencido, me voy contigo- le digo mientras tomo su rostro en mis manos.
- No sé qué me has hecho, o si simplemente es lo que tenía que pasar, no sé si es normal o estoy soñando y estoy en las nubes, y puede que despierte y caiga en picada, pero por alguna razón, mitigas mis miedos, sólo no me dejes caer, o sostenme y atrápame, porque, no sé si soporte otra caída. - le digo con el corazón en mi mano.
Sin dejar de mirarme, me sonríe, me acerca a él, en un abrazo y hunde su cara en mi cabello y cuello.
- Nunca mi hermosa Luna, nunca te soltaré, ni dejaré caer, porque me conquistaste desde tu primera mirada. - dice regresando su mirada a la mía.
- Hey!!! tortolitos ya está el postre!!- oímos que nos dicen desde adentro.