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Debilidad III

—Creo que nos ha ayudado un poco, entiendo que aún está despistada, tal vez cuando se mejore, podrá ayudarnos un poco más —Trébol se acerca a la puerta, el detective se levanta y me mira una vez más antes de largarse—. Tiene prohibido hablar con el agente Mateo, que pase buena tarde.

Una vez que ellos salen, entran las enfermeras quienes sin decir palabra y sin sentir una pizca de culpa, me amarran tanto de manos como de pies. Apenas puedo resistirme, pues lo hacen tan rápido que ni siquiera reacciono. Les grito que no, que me suelten, pero nadie hace caso, una vez se cercioran que no puedo moverme, se van.

Me quedo gritando durante tal vez una hora, me remuevo en un vano intento de escapar, pero estoy atrapada. Soy prisionera de la organización para la que alguna vez pensé en trabajar y ahora la policía está metida. Me quedo con un revoltijo de pensamientos en mi mente y solo puedo pensar que debí morir el día de la boda.


Aiden

Ir por mi padre no fue la parte difícil, lo complicado fue convencerlo de que las personas con las que iba eran de confianza y que no nos harían daño. Lo peor fue cuando tuve que explicarle con detalles gore todo lo que había hecho desde que cometí el error de apostar en una carrera que no podía ganar. Dicen que un padre siempre te apoya, que jamás verá realmente al monstruo que tiene por hijo y aun viéndolo, quedará la esperanza de que no es ese su hijo. Después de todo, a los hijos hay que amarlos siempre, dicen.

Mi padre no, mi padre me vio como si tuviera frente a él a un desconocido. Su rostro reflejó sorpresa, incredulidad, asco y dolor. "¿Yo crié a este hijo?" debió pensar. Y pues la respuesta es no, él fue un padre decente, corrió a mi madre por ser una adicta al crack durante mi primer año de vida, pero al final todo lo hizo por mi bien. Y no voy a mentir, no extraño nada a mi madre y no tengo ganas de conocerla.

Creí que me odiaría, que dejaría de hablarme, que rechazaría el refugio que nos proporcionó Sandro y que se iría directo a la policía a confesar todo lo que le conté. Aunque jamás habría llegado, pues esta gente lo habría matado y como no lo iba a permitir, ellos me habrían matado a mí. Por suerte y eso es algo que agradezco de todo corazón y con lo poco de alma que me queda, tardó unos minutos en procesar todo y en perdonarme. Pero lo hizo.

"Hijo, todos cometemos errores, pero eres lo que más quiero en este mundo y estaré para ti hasta el día que me muera."

Dirán que soy un chilletas y lo que sea, pero lloré cuando me dijo eso y agradecí a quien fuera nuestro creador por darme un padre tan bueno.

Así que terminamos metidos en este lugar subterráneo que jamás se me habría ocurrido que existiera. Se ha llevado bien con los padres de Elisa, tampoco puedo creer que estos aceptaran lo que Elisa fue capaz de hacer. Siento que todos guardamos rencor a esta gente, pero estamos conscientes de que no hay muchas opciones. Si salimos, la policía nos agarra y eso si nos va bien, porque si el otro bando da con nosotros primero, moriremos. Aquí es dónde me pregunto, ¿qué habrían hecho ustedes?

Me urge una caguama bien muerta.

Lo que más me gustaría es ser solo una persona que está aquí de paso, pero no, soy un jodido protagonista porque se me ocurrió salvar el pellejo del señor Macías y porque siempre fui un títere del tío de Dinaí. Por el momento está bien, digo, tanto Sandro, Alenna, Rosanna y yo coincidimos en que la prioridad es salvar a Dinaí. Porque si la tiene la policía o la organización, está frita.

Y justo por eso estoy por llegar a la habitación en la que el señor Macías está recuperándose. Después de una semana, ya está un poco mejor. Habla y respira por su cuenta, la herida ya no sangra y sus estudios salieron mejor que antes. Mentiría si dijera que soy el único que piensa que en un mes ya estará como si nada.

—¡Tuve que hacerlo, Rodolfo! —wow, creo que no es buen momento para entrar—. Si no lo hacíamos nosotros, alguien más tomaría el mando y hay gente muy enferma que resuelve todo con violencia. Mejor un imperio lo más pacifico posible y no uno de terror.

—¡Experimentan con personas! —para haber sido apuñalado, el señor Macías grita con potencia—. Eso no está bien, tampoco está bien que repartan droga; la gente muere por eso, mandan su vida a la mierda. Y no hablemos de la prostitución, simplemente es un asco.

—Ya te expliqué que todo es con consentimiento, tanto los experimentos como la prostitución. Las drogas igual, si no lo hacemos, alguien lo hará, al menos nosotros tenemos política de usar la menor agresividad posible. Los crímenes, secuestros, asesinatos y demás decrecieron mucho estos últimos años, ¿por qué? Porque los idiotas de la organización iban tirando criminales y nosotros nos hacíamos más fuertes.

—No me vas a convencer —esta vez tengo que hacer un esfuerzo por escuchar—. No te reconozco y aunque sabes todo de mi esposa, para mí la Rosanna de la que me enamoré está muerta.

Escucho un golpe, luego un sollozo y al final la puerta se abre de un tirón. Me quedo como imbécil en la puerta, genial, ahora sabrán que escuché parte de la plática. La mamá de Di me mira y después se aleja pisando con fuerza, está enojada y parece querer desquitarse con alguien, por suerte no soy yo.

Entro sin pedir permiso y veo que el tío está sentado en un sofá mientras mira alrededor como si admirara una obra de arte. Para ese imbécil todo parece ser una broma. Viste elegantemente, eso nadie se lo va a negar, si lo ves en la calle, ni se te pasa por la cabeza que es el líder de un imperio mafioso poderoso.

—La familia es familia —dice Sandro quien se acerca a la cama del señor Macías—. Todos cometemos errores, Rodolfo. Ella ha sufrido mucho, nunca quiso separarse de ustedes. Creo que merece el perdón.

—Tú no eres mi familia, cretino mafioso —uf, eso es tener huevos, ya vi de dónde los sacó Di—. Me lamenté por ti cuando te vi en aquel psiquiátrico. Incluso mandé dinero para ayudar con los gastos. Y ahora resulta que todo fue un montaje. A ti apenas te conozco, yo pensaba que eras el amante; porque en mi boda no tenías tatuajes ni cabello blanco. En cuanto a la mujer que dice ser Rosanna...apenas la reconozco. Solo quiero que me devuelvan a mi hija.

Todos queremos eso, al menos coincidimos en algo. Sandro tiene a varias personas investigando y buscando, pero al igual que nosotros, ellos se esconden bastante bien. Prefiero que esté con la organización, al menos así se que el tal Mateo cuidará lo más posible a Di, pero la policía es un caso distinto.

Viendo todo desde acá, casi resulta gracioso lo disfuncional de esta familia, es como una comedia de humor negro que uno no puede ver como real. Pero lo es y eso es una mierda, por culpa de uno, todos salieron afectados. Miren que nosotros solo somos papá y yo, pero estamos un poco mejor que ellos.

—Estamos trabajando en eso —empieza Sandro—. Tú no te...

Un campeón llega corriendo mientras jadea en un intento por recuperar el aire. Pobre chico, parece que corrió un maratón. Espero que traiga una buena noticia.

—La policía...y la organización...trabajan juntos —aspira una bocanada de aire—. El sujeto 33X4...eh, que diga, Valentina Tovar murió. Su cuerpo lo tienen ellos.

Prefiero fingir que no escuché nada de eso porque la palabra "el sujeto" solo me hace pensar en un montón de agujas, monitores, líquido de colores y batas de paciente. Como si se tratara de experimentos en una película de ciencia ficción. En este lugar los rumores corren y después de ver el cambio en Rosanna, no dudo que las afirmaciones hechas en susurros sobre experimentos con personas sea verdad. Aún recuerdo la vez que me enviaron a olfatear a unas chicas envueltas con una manta de la cabeza a los pies, el olor a loción y jengibre, la mirada perdida...la chica tenía ojos verdes, pero se veían tan carentes de vida que yo juraba ni siquiera estaba viva.

Sí, si me dijeran que es verdad lo del los experimentos, les creería. Pero no soy quien para preguntar. Aún no desarrollo confianza con estas personas.

—¡Lo ves! Están igual de enfermos —el señor Macías casi ruge—. Por su culpa mi segunda esposa me mintió e ideó un plan para matar a mi hija y a mí. La quería, Sandro, me enamoré de ella. Y al final, como todo, fue un montaje y siempre va de regreso a ustedes.

¿Qué acabo de escuchar? La puta mierda. Así que Valentina fue un experimento suyo. Con razón casi mató al papá de Di. Por eso Rosanna acudió a la boda, de alguna forma se enteró de los planes de Valentina y fue a frustrarlos, claro, ¿qué madre no lo haría? Quiero reír, pero sé que será de pésimo gusto, así que solo muerdo mi lengua mientras pienso en canciones de elefantes que se columpiaban.

—Lo siento, pero así fueron las cosas —Sandro se da media vuelta y avanza hacia la puerta—. Esto cambia las cosas, debemos movernos rápido. Tú descansa, Rodolfo, te traeré a tu hija de vuelta.

Sandro sale por la puerta y me hace una seña para que lo siga. Perfecto, ahora sí comienzan los preparativos para rescatar a Di.

Porque la quiero, siempre lo he hecho, y si participar activamente me hace ganarme a su familia y por lo consiguiente a ella, haré lo que sea. Ya todo quedó atrás, ahora solo quiero su perdón.

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