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Respuestas

La primera en tirar es Haziel y al contrario de lo que creí, lo lanza hacia los vasos de Aiden. La canica azul cae limpia dentro del vaso y Aiden apenas reacciona. Se toma el contenido de un solo trago y toma la canica.

—¿Para quién corres en El Arco?

—Para quien tenga la mejor oferta.

—Se contesta con la verdad.

Haziel adopta una actitud feroz, su mirada casi refleja asco.

—Es la verdad.

El siguiente en tirar es Mateo, también me sorprendo cuando le tira a Aiden. Increíble, con los ojos cerrados y también cae limpia. Espero no ser la primera en no atinarle, comienzo a ponerme nerviosa.

—¿Quién te dio el automóvil que tienes?

No me lo había preguntado porque no me importaba, la verdad me traía sin cuidado, pero tiene razón Mateo. ¿Cómo un universitario de clase media tiene un automóvil de alta calidad y de marca renombrada? La respuesta me llega volando, las carreras en El Arco, él mismo lo dijo, corre para quien tenga la mejor oferta.

—Lo compré, gané el dinero en una carrera con un carro viejo que me prestó mi padre.

Suena coherente, podría creerle, pero aquí todo son dudas. Ahora es turno de Aiden y sinceramente, no sé qué esperar, quiero pensar que al tener a dos personas que le tiraron a él significa que quieren sacarle información, por lo tanto, él también tiene que querer algo de ellos. Pero no, como siempre, me equivoqué y la canica cae en mi vaso.

No me atrevo a mirar hacia arriba, lo primordial en estos juegos es no mostrar expresiones; ser neutral siempre. Solo tomo el vaso, huelo el interior (huele como a licor de menta) y trago. El licor es fuerte, sabe bueno, pero si me llego a tomar los diez de estos, seguro me voy a marear (suponiendo que todo sea licor y no se les haya ocurrido mezclar cosas). Finjo que estoy bien y que no me ardió la garganta ni un poco.

—¿Cuál es el nombre del tipo con el que te acostaste en Estrada?

Olovorgo, ¿qué carajo? Vámonos a la verga, wey. Debería correr, ¿cierto? Porque no tiene sentido que este idiota sepa de Mateo y yo, estoy seguro de que Mateo no se lo dijo, ni Haziel, obviamente yo menos. Vamos, nadie de Sores sabe por qué me encargué de que nadie se enterara de mi año en Estrada.

—¿Qué?

Es lo único que atino a decir. Sostengo la mirada gris de quien fue mi mejor amigo, siento como irradia odio, me mira con desagrado.

—En el verano, antes de entrar a preparatoria, sé que lo recuerdas. ¿Cómo se llama?

No sé si sentirme asustada, aliviada o ambas. Juro que creí que todo esto se trataba de mi primer año de universidad. Ahora viene la interrogante, ¿cómo sabe que perdí mi virginidad con un chico a los quince años de edad?

—Joel

—¿Joel qué?

—No recuerdo su apellido.

—¡Es solo una pregunta!

Mateo exclama con vehemencia y tengo que evitar pegar un brinco de miedo. Está bien, no pasa nada. Voy yo de nuevo, mi idea original era tirarle a Haziel, pero después de esto, necesito respuestas. Mido mentalmente la distancia entre mi mano y los vasos de ese idiota, cierro los ojos y tiro.

Sabía que le atinaría, pero una parte de mí siempre duda de mi potencial. Ahora sé que soy toda una crack. Aiden toma el vaso y me lanza una mirada enigmática que no tengo idea de lo que significa. No espero a que termine, solo disparo.

—¿Cómo sabes que estuve con Joel en Estrada?

Aiden termina el shot y me mira. El odio y el rencor siguen presentes, ese desagrado contra mí sigue existiendo; sin embargo, sobre todo ello hay un brillo de dolor.

—Porque te vi.

¿Me vio? ¿Me vio hacer qué? ¿Coger? Porque no fue lo único que hice con Joel. Lo conocí en la playa, hablamos durante mucho tiempo en el hotel y sí, nos acostamos, pero que recuerde, nadie vio eso; nadie supo. No me puede dejar con esa respuesta tan escueta, no puede tirar una bomba de ese tamaño y fingir que ya todo está bien.

—¿Qué exactamente viste?

—Es una pregunta por tiro.

Maldito, que se joda el muy cabrón. Siento la furia subir por mi estómago, siento una insaciable necesidad de hacerle daño, de golpearlo. Siento que la cólera me hace temblar... y entonces la canica cae en el interior de mi vaso.

—¿Qué significa para ti ser buena amiga?

Volteo a ver a Haziel con irritación. Estoy tratando de procesar lo que acabo de escuchar. Apenas estoy digiriendo que Aiden se enteró de que perdí mi virginidad con un tipo que poco recuerdo y esta pendeja me sale con eso. Pongo los ojos en blanco, pero reglas son reglas y yo quise jugar. Me tomo el trago y respondo.

—Significa evitar que la gente que aprecias se ponga en peligro, significa saber escuchar y ser buena confidente —volteo a ver a Elisa quien aparta la mirada en cuanto mis ojos se dirigen hacia los de ella—. Significa ser leal aún en la distancia... y no tener secretos.

En la primera ronda nos fuimos todos contra Aiden, al parecer esta ronda va contra mí porque la canica cae dentro de mi vaso, de nuevo. Y sí, es el turno de Mateo. Estoy intrigada por saber lo que me quiere preguntar, pero sigo dándole vueltas al asunto de Aiden. ¿Cómo es posible que no me diera cuenta de que estuvo en Estrada? Me tomo el tercer shot de la noche y me preparo.

—¿Cómo puedes dejar de amar a alguien en un mes?

Oh, Mateo. Qué buena pregunta, eso mismo quisiera saber por qué destrozaste mi corazón cuando besaste a Catarina con tanta pasión.

—No sé —respondo cortante mientras lo miro a los ojos—. No creo que se pueda. Tal vez tú tienes la respuesta.

Por el rabillo del ojo alcanzo a ver a Aiden voltear a ver a Elisa. No logro ver bien la expresión de mi mejor amiga, pero puedo notar que está confundida. Y Aiden está a la defensiva, mucho más de lo que estaba anteriormente. Tira de nuevo y cae sobre un vaso de Haziel.

—¿Qué hacías el viernes pasado en El Arco?

¡Lo sabía! La chica que me pareció familiar era ella. La de capucha y demasiado maquillaje. No me di cuenta de ello hasta hace rato que me detuve a observarla, pero gracias a Aiden, lo he confirmado. Sí era ella. Por eso no se mostró tan sorprendida al verme en esta fiesta. Al parecer la noticia les ha tomado por sorpresa tanto a Catarina como a Mateo, porque ambos voltean a ver discretamente a Haziel. Incluso Mateo lanza una mirada interrogante a Flavio.

Un sentimiento de satisfacción me recorre al caer en cuenta de que entre ellos se guardan secretos. Esto ya me está interesando.

—Quería corroborar un rumor.

Ahora voy yo. Haziel me está cansando, tal vez debí dejar que Catarina se quedara en el juego, seguramente habría sido necesario para mi situación de querer descubrir qué pasa aquí. Pero hice mi jugada y salió mal, me dejé llevar por mi sorpresa y sentimiento de traición al elegir a Haziel, así que me atendré a las consecuencias.

Cierro los ojos, me imagino la imagen de los vasos y tiro. Suelto un suspiro inaudible al ver que mi Haz toma el vaso y se lo empina. Por un momento sentí que no le atinaba.

—¿Qué rumor fuiste a corroborar?

Sé que Aiden me voltea a ver porque siento su mirada clavada en mí, siento un escalofrío recorrerme, pero me mantengo en mi posición.

—El rumor de que una persona a la que le tomé cariño estaba en este pueblo perdido por alguna razón desconocida.

No me muevo, apenas respiro, espero que la estúpida pierda su jodida USB, muy estúpidamente no pedí nada de ello, pero de verdad quiero que se sienta destrozada y se arrepienta de mentirme.

Para mi sorpresa (y eso porque pensaba que Mateo y ella eran como equipo), Haziel le tira a Mateo. Me dan ganas de reír, pero me contengo. Carcajearse en mitad de juego no es profesional.

—¿Por qué no me dijiste que estaba aquí?

Lo sabía, entre ellos se esconden información. Ahora solo falta descubrir quién le dijo a Haziel que esa persona a la que le tomó cariño (sí, también pienso que se refiere a mí), estaba en este pueblo olvidado. Mateo se termina el licor.

—Porque quise evitar problemas y descontentos —Mateo toma su canica, la cual cae en el vaso de Haziel, joder, ese tiro se hizo con furia—. ¿Es verdad lo que nos dijiste del por qué estás aquí?

—A medias

Y entonces el rostro de Flavio palidece. Ese tipo es todo un personaje, el típico hombre tatuado, bronceado y de mirada penetrante. Es el hombre con el cual no quisieras meterte porque seguramente saldrás perdiendo. Y ese tipo que tiene fachada de ser inquebrantable, ahora parece querer hacerse pequeño. Luce confundido, enojado y avergonzado. Mateo solo parece irritado, frunce los labios y mira a Haziel con ganas de golpearla. Catarina se cruza de brazos, pero sonríe casi imperceptiblemente ¿acaso la pelirroja ya se lo esperaba?

La canica de Aiden vuela hacia otro vaso de Haziel. Pobre tonta, ahora ya todos nos vamos contra ella.

—¿Quién te pasó el rumor del que hablaste?

—Fue anónimo

Qué respuestas tan escuetas, creo que es momento de intervenir, no tiene sentido que alguien anónimo le dijera que yo estaba aquí.

—¿Cómo te enteraste del rumor?

—Me llegó un correo, la dirección fue creada ese mismo día, la IP fue inrastreable. Decía tal cual: "No se puede confiar en nadie" Y adjunto había un video de una carrera en donde aparecía la persona que me agradaba.

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