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Capítulo 43: Atado

Horatio despertó bastante desorientado, en una habitación oscura.

—¡Maldición! —gimió al sentir dolor en la parte de atrás de su cabeza. Intentó llevar una de las manos hasta allí, pero sus manos estaban sujetas detrás de su espalda, a lo que dedujo era una silla—. ¡¿Qué rayos?!

Se tomó su tiempo ...