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Capítulo 37: Una mañana escalando

—Cuando me levantaste temprano, no tenía en mente que era para esto. —Serena hizo un mohín—. Tienes suerte de que te amé o te lanzaría debajo de los autos.

Vincenzo soltó una carcajada y tiró de Serena para que entraran en el rocódromo.

—Ha pasado un tiempo desde que salimos a escalar y…

—No el...