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El amor se siente, no se agradece

Cuando Brooke llegó a la mansión, los gemelos la recibieron dando gritos de euforia.

—¡Mamá! Llegaste —dijo Mery viendo detrás de ella y notando la ausencia de su padre.— ¿Dónde está papá?

Brooke miró su reloj, ya era hora de que él estuviera en casa. Si bien le extrañó que él no regresara a buscarl...