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Capítulo 31. Una garantía

Carolina palideció, por un momento breve pudo notar en la mirada de Fernando una pizca de la personalidad de Armando, su difunto padre.

—Como todo un García, todo un negociador… ¿No? —Fernando sonrió a medias, pero esta sonrisa no era del todo sincera, le molestó su comentario cargado de sarcasmo, ...