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—Te amo, Maximiliano. Pensé que moriría sin poder decir eso —dijo Amelia con voz ronca y luego lloró.

Parecía que estaba realmente al borde de la muerte y si hubiera pasado por esa luz, ya estaría muerta.

—Oye... shhhh. No llores, te estresarás —oyó decir a Maximiliano, pero las lágrimas seguían c...