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CAPÍTULO 8. DEBES ENFRENTARLO

Gálata estaba sumergida en sus pensamientos, ajena a la conversación de su amiga, no podía dejar de pensar en Matteo, en la noche tan maravillosa que pasaron, se negaba a creer que no sintiera nada por ella, «¿Es posible para un hombre fingir de esa manera haciendo el amor?» Se preguntó, sin poder c...