Read with BonusRead with Bonus

42. ERES PERFECTA PARA MÍ

AMALIA

Su enorme y musculoso cuerpo se acostó sobre mi espalda, nuestros sudores mezclados.

Una mano enterrada en mi cadera y la otra rodeando mi cuello, levantando más mi cabeza.

La voz ronca y lobuna de Ajax susurraba promesas calientes en mis oídos y las estaba cumpliendo todas.

Mientras me p...