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Las mentiras

—¡Yo me opongo! —dojo ella de nuevo.

Hariella ostentaba un vestido mágico de tonalidad negra y lúgubre. En su cabeza tenía un sombrero que tenía adherido un velo que tapaba con ligereza su hermoso rostro. Su figura envidiable, la hacía ver como una mujer de ensueño o como una bruja de esos ceuntos ...