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Capítulo 22: La cortesía de un patán.

Tras la primera noche, donde Max se cansó de buscar la manera de escaparse, no le quedó más remedio que acostarse a dormir.

—Pero esa me la pagas… — fue su sentencia antes de cerrar los ojos.

Ahora, el amanecer se cuela por una rendija en la ventana de Giselle y se levanta renovada, con las ga...