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Cuando la mañana llegó y los rayos del sol dieron justo en mi rostro me desperté. Observé a mi alrededor los rastros de la noche de pasión que había pasado con Sebastián y una sonrisa en mi rostro se dibujó. Y allí estaba él. Desnudo y dormido plácidamente sobre mi cama y puedo jurar que era lo más ...