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Capítulo 68

Una vez que Adrián Vélez abrió la puerta, una ráfaga de viento le recibió e hizo levantar todos los vellos de su piel. Se quedó mirando hacia las gradas, recordando que cuando llegaba de trabajar, Erika solía pararse al borde de las gradas y lo recibía con una hermosa sonrisa.

—Ya llegaron —comunicó...