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Capítulo 55

El cuerpo de Adrián se puso endeble; se sostuvo de la mesita que sostenía el purificador de agua. Pasó gruesa saliva y suspiró. Al ver la palidez de su hijo, Héctor fue girando lentamente.

—¿Estás vivo? —indagó al posar el vaso en su lugar.

—Claro que estoy vivo y dispuesto a recuperar lo que me rob...