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Llevándome al cielo

—Lo mejor será que volvamos a nuestra habitación y celebremos como Dios manda —me susurró Maximilian en los labios luego de que nos separaramos.

— ¿Qué pasará con la fiesta? —le pregunté yo atontada.

Maximilian sonrió ladino haciendo latir mi corazón con fuerza.

—La fiesta la organizó mi abuela, ell...