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Lagrimas de felicidad

Se separo del pequeño para mirar al policía a la cara, debía admitir que se enfureció por el tono que le usaron, pero admitía que debía preguntar, era parte de su trabajo.

Pensó, pensó y pensó en un solo segundo, ¿Qué podía decirle que era de Armand para que le diera toda la información que quería ...