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Capítulo 32

En cuanto el ascensor se detuvo, al mismo tiempo que las puertas se cerraron ella se soltó inmediatamente de los brazos de Sergio tratándolo como si fuera la peste, en tanto él, con una visible erección intentaba, en vano, volver acercarse a ella.

- Vente conmigo mamasita. - cargosea tomándola de...