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CAPÍTULO 53: NUNCA DEBÍ ILUSIONARME

Daphne

Ver a Gabriela de pie ahí en el pent-house de James fue como si un balde de agua helada me hubiera caído encima. El pánico y el miedo al rechazo me ganaron. Cuando vi la ropa del perro en el suelo, hice lo primero que se me ocurrió e improvisé decir que solo era la niñera de nieve.

Ella le ...