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CAPITULO 41

Sentía la rabia recorrer todo mi cuerpo; este me temblaba y lágrimas salían a montones.

- Puedo explicarlo -dice Paolo tratando de llegar a mí.

- ¡¿Cómo mierda lo vas a explicar?! Eres un maldito desgraciado -este se acerca a mí y trata de tocarme, pero yo me alejo.

- Ni se te ocurra, Lombardi...