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Dicha y furia

Una semana paso, Jena estaba de pie, ocupándose del cuidado de su hijo, pero sin ningún signo de debilidad o algún reflejo de cansancio, su cuerpo habia recuperado toda fuerza y naturalidad.

En un par de horas estaba acondicionada una de la habitaciones para su bebe, con un enorme oso de felpa, una ...