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Una voz

Dormir nunca fue tan placentero, Conan colocó su camiseta sobre el cuerpo de Jena, él se vistió con sus pantalones, se quedó a su lado observándola con sus ojos cerrados, escuchar sus respiración suave, dibujar con la yema de sus dedos su rostro, sus labios, preguntándose, ¿Cómo había conseguido ten...