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Infiltrada

La sangre no paraba de escurrirle por su nariz, el dolor era intenso se arrepentía de no meter las manos, y demostrar a esa bestia que también se sabía tenía puños duros.

Ahora ver cómo gozaba de la total atención de Jena estaba seguro que valió la pena aguantar.

—Deberíamos ir a la clínica, se com...