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Vamos a Casa

Al amanecer Jena abrió los ojos, Conan estaba dormido con su rostro hacia ella, le parecía como un niño tierno, dulce y preocupado por ella, libero un sonrisa espontanea. Estuvo a un centímetro de acariciar su espeso cabello negro. Era bonito, ese hombre de aspecto áspero y mal humorado, era muy lin...