Read with BonusRead with Bonus

CAPÍTULO 8 NO QUIERO SEGUIR AQUÍ

Con los ojos cerrados traté de contener las lágrimas. Mis manos temblaban incontrolablemente, como si estuvieran al borde de romperse. El pánico me envolvía, y retroceder ya no era una opción. Fue en ese momento cuando lo entendí: él no era solo un mafioso, era algo mucho más aterrador de lo que...